Ni tampoco pensaba ingresar a Facebook, ni a Twitter, ni a Flickr. Pero claro, la Web 2.0 es una nueva filosofía de hacer las cosas y los docentes debemos predisponernos al permanente aprendizaje por cuenta propia para incorporar las herramientas que nos ofrece en propuestas pedagógicas con sentido, enriquecidas y novedosas.
Mediante un permanente proceso de acción - reflexión – acción, asumimos el rol de investigadores que nos compete, para no caer en el mero activismo ni en la reproducción de formas de enseñanza tradicionales.
Recuerdo que allá por 1988, cuando me recibí de maestra, las aulas casi no tenían diferencia con aquellas donde había cursado mi primaria. Por aquel entonces, la máquina de escribir era la máxima tecnología con que contábamos para el diseño de nuestras propuestas. Diez años más tarde, era inconcebible no usar la PC, aun cuando solo se empleara el procesador de texto. Ya en 2008, apremiaba contar con conexión a Internet y en la actualidad, se imponen a pasos agigantados las redes sociales como entorno para la enseñanza y el aprendizaje.
Reitero, nunca tuve un blog pero tampoco nunca había subido al saltarín, ni había ido a un 'pijama party' ni mucho menos participado en una comparsa de carnaval.
Así de manera sencilla, desde mi experiencia personal, afirmo que el docente, debe mirar la realidad de modo diferente, como un niño, para recuperar la capacidad de asombro, animándose a experimentar, jugar, compartir, mostrar, producir, coproducir y diferenciarse, lo cual en definitiva, es la lógica de la web 2.0.
Yo nunca tuve un blog, pero ahora, lo tengo...
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