¡Bienvenidos!

Porque nos urge a los docentes abandonar esas prácticas de enseñanza en condiciones de aislamiento, individualismo y privacidad, los invito a que hagamos de este sitio un lugar donde encontrarnos para reflexionar juntos, madurando ideas y generando propuestas diferentes; con el pleno convencimiento de que aprendemos tanto de nuestros aciertos como de nuestros errores.


sábado, 18 de diciembre de 2010

CON LA SATISFACCIÓN DE LA LABOR CUMPLIDA

—No sé qué hacer con un niño. Necesito ayuda.
—¡Claro que sabes! Él es joven, parece inteligente y tiene energía. Tú tienes la experiencia de quien conoció muchas victorias y derrotas en esta vida. Es una combinación perfecta, porque puedes ayudarlo a encontrar la sabiduría. (La quinta montaña - Paulo Coehlo)
Este es un fragmento que me recordé muchas veces, cuando allá por dos mil ocho, recibimos un cuarto grado con varios alumnos difíciles, con los cuales no sabíamos muy bien que hacer. Fue recién a mediados de dos mil nueve, cuando después de probar no recuerdo cuántas diferentes estrategias,  que manifestaron un sorprendente cambio, llegando a convertirse en el orgullo de sus docentes.
En este momento, es tan gratificante verlos abandonar la escuela primaria, convenientemente preparados para enfrentar los nuevos desafíos que la vida les vaya presentando.
Los chicos necesitan de un adulto que haga de contraparte, que ponga límites, que modere en situaciones conflictivas y no se preste a negociaciones sin sentido,  para poder así entender las normas y respetarlas.
Si bien, es indiscutible también, el hecho de que solo cuando nos hayamos ganado el corazón de un niño seremos capaces de impactar favorablemente en él.
Para uno de estos chicos egresados, quien a pesar de que ya no era mi alumno, esperaba mis palabras de despedida, preparé lo siguiente:


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