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Porque nos urge a los docentes abandonar esas prácticas de enseñanza en condiciones de aislamiento, individualismo y privacidad, los invito a que hagamos de este sitio un lugar donde encontrarnos para reflexionar juntos, madurando ideas y generando propuestas diferentes; con el pleno convencimiento de que aprendemos tanto de nuestros aciertos como de nuestros errores.


lunes, 7 de febrero de 2011

Celebrando a Charles Dickens

Así se titulaba  una invitación a conmemorar un nuevo aniversario de su nacimiento ocurrido el 7 de febrero de 1812, como preparación al centenario del natalicio de este célebre escritor inglés
(http://ensenaryaprenderconlaweb20.blogspot.com/2011/01/celebrando-charles-dickens.html).
Charles Dickens, forma parte de los más bellos recuerdos de mi infancia
Recuerdo que  iba a sexto grado cuando en la biblioteca del aula encontré un viejo libro de hojas amarillentas pero con un sugerente dibujo de un niño en la cubierta de la tapa que atrapó mi atención. Lo abrí  y al explorarlo descubrí al comienzo de cada capítulo, dibujos en blanco y negro, que aumentaron mi curiosidad por la historia. A medida que avanzaba la lectura, más crecía mi interés por el relato y con apenas once años, pasé horas y horas hasta que leí completo ‘Oliverio Twist’.
Aunque con el tiempo leí otras obras del autor, a la hora de elegir una manera de homenajear a Dickens, recordé Oliverio Twist y sentí deseos de leerlo nuevamente. Fue tan emocionante y placentero que solo puedo decir ¡Gracias Dickens por estas obras tan maravillosas que perduran a través del tiempo!
Charles Dickens, un hombre de su época
Leyendo Oliverio Twist remarqué el siguiente fragmento del capítulo XII, en la página 142:
-¡Ah! Los pintores embellecen siempre a las damas que retratan, sin lo cual pronto perderían la clientela, hijo mío. El hombre que inventara un aparato que reflejara con exactitud el rostro humano, es más que probable que se pasaría la vida cruzado de brazos. Lo que digo es tan cierto como el Evangelio -dijo la señora, sonriendo maliciosamente.
-¿Se parece a alguien esa pintura, señora?
-Sí; es un retrato.
Quizás no tiene nada en particular y no hace a la esencia del relato, pero cuando observamos la cantidad de fotos que sube cada usuario en Facebook, comprobamos que ni siquiera Dickens estaba exento de menospreciar lo nuevo.
Cuántos de nosotros nos negamos a aceptar que las redes sociales son algo más que una moda pasajera y nos parece imposible pensarlas como entorno educativo.

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